jueves, 7 de junio de 2012

Cementerio de luciérnagas...

Con la noche llegó ella,
silenciosa y furtiva,
fiel testigo omnipresente,
de la llave poseedora.

Efímera estrella,
fugaz centella,
ojos cual luceros,
mis farolitos aztecas.

El sentido perdido,
la razón deshilachada,
mi cuerpo vendido,
mi alma "é finita".

No hay luz,
ni una chispa inquieta,
tu oscuridad,
cementerio de luciérnagas.